Un único folio de plástico flexible sobre el que se escribe página por página todo un diario. Los grupos editores suizos se disponen a asumir este desafío.
Entre tanto, un cotidiano belga y uno francés proponen ya una versión intermedia. Esta es una etapa que los dos gigantes de la prensa helvética han decidido saltar.
El principio es parecido al de las pantallas de cristales líquidos (LCD). Sólo que el e-papel –el papel electrónico que los franceses han bautizado como 'papel'– devora menos energía y su legibilidad es mejor, incluso a plena luz.
Más que de papel habría que hablar de tinta electrónica (en inglés: e-ink), ya que la clave de esta tecnología son millones de microcápsulas negras y blancas retenidas entre dos folios de plástico.
Al ser activadas por impulsos eléctricos dibujan letras e imágenes en diversas tonalidades de gris. Una vez cargada la página, la e-ink queda fijada como la tinta sobre papel. Y el sistema ya no requiere suministro eléctrico cuando se carga una nueva página.
Como un e-book
Por el momento, el folio flexible cargado de tinta electrónica no está comercializado. Los aparatos que permitirían 'imprimirlo' y 'reimprimirlo (casi hasta el infinito) todavía son curiosidades de laboratorio.
El e-papel ya conoce aplicaciones industriales, sobre todo en Japón. Sirve de pantalla para los lectores de libros electrónicos (e-books), una especie de placas que permiten leer obras guardadas precedentemente en memoria.
Es este tipo de soporte que eligió a comienzos del año pasado el diario belga 'De Tijd', primer rotativo en el mundo que estrenó la tinta electrónica.
Y dentro de algunas semanas, 'Les Echos' seguirá el ejemplo. Tras adquirir un dispositivo lector, los abonados del diario económico parisino podrán cargar en los quioscos, por Internet o teléfono móvil un rotativo renovado cuatro veces al día.
Una pantalla más
A mediados de enero, el director de 'Les Echos' viajó a Lausana para presentar su proyecto a la sección francófona de Presse Suisse, la asociación de grupos editores helvéticos, que no esperaron su visita para interesarse por esta tecnología.
"Recientemente estuvimos en Japón con algunos grupos editores europeos para reunirnos con los fabricantes y probar los productos", explica Philippe Gendret, director adjunto del diario 'Le Matin', de Lausana, y del sector Revistas del grupo Edipresse.
Pero este grupo editor de
En negro y blanco
"Es un instrumento adicional al teléfono, el PDA, el PC y no sé qué cosas más", señala Philippe Gendret. "Quienes hacemos diarios de masas jamás podremos vender, además de abonos, soportes tecnológicos relativamente cerrados, caros y no muy 'atractivos'. Aparte de que los primeros e-books que salieron al mercado hace una decena de años no funcionaron".
Una opinión que comparte el grupo editor Ringier. "No necesitamos copiar lo que hace 'Les Echos", explica Thomas Trüb, responsable de los sectores Asia y Nuevos Medios. "Seguimos con el negro y blanco, es sólo para una pequeña minoría y a esa pequeña minoría creo que se le puede ofrecer ese servicio en su teléfono móvil".
"Seremos los primeros"
Los dos grupos editores suizos, sin embargo, observan atentamente la evolución de la tecnología. "Estamos en estrecho contacto con quienes pretenden adoptar la fórmula", confirma Thomas Trüb.
Philippe Gendret, de Edipresse, promete que aprovechará la ocasión cuando el folio flexible sea asequible, porque le parece "mucho más cercano y ergonómico respecto al consumo tradicional del periódico".
Ringier también quiere ser el primer grupo editor suizo que adopte el e-papel para su publicación económica 'Cash Daily'. "Todo está previsto para que figuremos entre los primeros -o seamos el primero- en Suiza que publica en papel electrónico", asegura Thomas Trüb.
Cuestión de una generación
En Zúrich están convencidos de las ventajas del 'papel', que permitirá recortar los costes de producción de un periódico en un 50% en Suiza, "e incluso entre un 70 y un 80% en los países en desarrollo". "Pero estamos aún muy lejos de ello", prosigue Thomas Trüb. En su opinión, no habrá producción en masa hasta dentro de dos, tres o cinco años. En cuanto a la eventual desaparición de los periódicos en papel, estima que el cambio será paulatino y tardará una generación. Una generación que ha crecido con Internet y el móvil. infor : Marc-André Miserez
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